miércoles, 19 de febrero de 2020

La obsesión de lo bueno

Hoy me paro a escribir.
Porque tengo el punto de sublimación cerca y todavía no soy líquida.

¿Es bueno?
Mi bebé tiene 8 meses y creo que he contestado esa pregunta una media de 20 veces al mes...y eso que no salgo casi de casa entre trabajo y demás.

Es bueno. Cuando alguien ve a tu bebé no le importa nada más allá de si es bueno. No hablemos de tu salud como madre, mental o física. De si puedes con todo lo que tu cahorro solicita y lo que la sociedad imprime. Ni de cómo han cambiado tus sueños después de la maternidad, si te da tiempo de mirarte al espejo o siquiera cortarte las uñas. No.

Lo único importante es si es bueno...ah sí, y si duerme bien.
¿Qué es ser bueno para un bebé que comienza a vivir, a conocer el mundo y los límites?
¿Qué es dormir bien para un pequeño cuerpecito cuya digestión de la leche materna es rápida, simplemente porque su estómago es pequeño?

Asiento con la cabeza, explico que sí que duerme bien, entendiendo lo que es dormir bien para un bebé y no para un adulto y poco más.

Pero ¿por qué esta obsesión por lo bueno? ¿Qué es ser bueno?

Mi hijo se ríe, te estudia a fondo la expresión de tu cara y después se ríe.
Mi hijo es un cabezota, y esto le llevará a conseguir grandes cosas, pero ahora mismo me satura. Cuando quiere algo llora, patalea y lucha como si se le fuese la vida en ello.
Mi hijo adora los animales, empezando por su gatita.
Mi hijo se entretiene con cualquier cosa y estudia a fondo cualquier cajita o plastiquito.

Mi hijo está descubriendo que es una persona en sí mismo, que puedo separarme de él y eso le aterra. Eso a lo que llamáis mamitis es: paso 24h con mamá y me da miedo morir si ella no está. Porque, lo haga mejor o peor, soy quien más conoce.
Mi hijo por norma general no protesta cuando se queda con los abuelos o la madrina, pero con su padre y conmigo sí. Y no poco.

Y es un desarrollo mental normal, porque yo le doy la seguridad que necesita para expresarse, y con ese llanto me está diciendo que le daba miedo perderme.

Pero no sé si mi hijo es bueno...y, sinceramente, no me importa.
Cada uno tiene su propia percepción de lo bueno y lo malo (os sorprendería). Mi hijo es mi hijo. Tiene y tendrá defectos y virtudes e intentaremos educarle para que sea una buena persona.
Pero algo tan simplista y ambiguo como ¿es bueno? No le describe.

De tooodo lo que he leído algo que tengo claro es que él no será bueno ni malo, se portará bien o mal. Porque lo que somos no podemos cambiarlo, pero cómo nos comportamos sí.
Seguiré sonriendo y asintiendo...pero la verdad es que me seguirá pareciendo una pregunta absurda.

Mi amor por ti no depende de cuánto duermas o de la percepción del bien, no te preocupes Leonardo.


martes, 3 de diciembre de 2019

Mamífera en sociedad con cachorro...reflexiones

Hace mucho que no escribo aquí, sí en otros sitios...en cuadernos, agendas, documentos, 
anuncios para alumnos, incluso cosas académicas para publicar, pero no aquí.

La última vez cumplía 30 años, hace más de medio año que he sumado uno más y tengo en brazos a la persona más importante de mi vida, que en días cumplirá 6 meses.
Y esto de la maternidad es un huracán. 
Porque te lo dicen, lo lees, lo escuchas...pero nada es comparable.

Nada es comparable con el esfuerzo, con el sueño, con la desesperación, con la soledad, con el amor. 
Nada es comparable.
Soy la misma y soy otra persona totalmente diferente. 
Me siguen gustando las mismas cosas, pero delante de todo se ha puesto una única prioridad, su sonrisa. 
Por eso es un huracán. Porque lo mueve todo, hace que todo lo que te importaba antes sea relativo.

Sigues queriendo a las mismas personas, y más aún si están en los momentos importantes, pero ahora todo es con él.

Y es duro. 
Es duro porque sientes soledad, porque los cambios son por dentro y por fuera. 
Porque te contradices, porque la maternidad es un secuestro en el que la secuestrada tiene un síndrome de Estocolmo como una catedral. 

Es duro porque la velocidad y el ritmo de absolutamente todo a tu alrededor cambia, pero solamente para ti. 
Porque si te habías encontrado a ti misma antes, condicional, ahora te has vuelto a perder. Te has perdido en un cuerpecito que pesa pocos kilos y unos cuantos centímetros. 
Te has perdido entre sentimientos, hormonas y sueño, pero es un laberinto extraño del que no puedes salir. ¿O no quieres?

Quieres alejarte de ese epicentro que condiciona todo tu universo, quieres independencia, quieres volver a ser la que eras, quieres pero no puedes. 
No puedes porque ya no eres la de antes, toda tú está en ese pequeño cuerpo.

Escuchas, razonas y afirmas que es bueno para los dos tener tiempo separados, pero ay de mí si pretendo atar las emociones que mi mamífera me hace sentir. 
Porque eso es lo que soy, una mamífera cuidando de su cachorro. 
Y serlo en una sociedad de humanos, cada vez más deshumanizada, es muy complicado. Sobre todo si quieres ser feliz. 
Sobre todo si te importan los demás. 
Sobre todo si tienes que seguir un ritmo marcado para no tener cachorros.

Qué importante elección esta de meternos en el ojo del huracán, pero qué soledad hay aquí.
Gracias, de corazón, a todas las personas que día a día se preocupan por mí y me hacen sentir que están y seguirán estando pase lo que pase. A pesar de mis contradicciones, a pesar de que me estoy buscando.


sábado, 7 de abril de 2018

30 vueltas al sol

Y de repente un día tienes 30 añazos...
mi yo del pasado, aquella niña leona que devoraba libros y hablaba a todas horas diría: buaf qué mayor! 
Y oiga... sí que es verdad, ya son palabras mayores.

La mayoría de las veces me apetece más un vinito que una cocacola si comemos en la calle, las revistas de decoración han dejado de ser "un rollo", tengo marido y pongo lavadoras como una loca si hace bueno, lo de la declaración de la Renta, el BOE, el BOJA, la ANECA y un montón de palabrotas más son comunes en las conversaciones, hago cuentas todo el mes y miro por cada céntimo.

Y te paras a reflexionar... qué he hecho hasta ahora con mi vida? 
Y mira...no lo he hecho tan mal, ya está bien de falsa modestia...vamos a querernos un poquito.
He descubierto que soy feliz, no todo el tiempo constantemente incesantemente, pero sí, lo soy. 

Porque en realidad la felicidad es así, momentos intermitentes de carcajadas, de querer y sentirme querida, de cumplir sueños, de plantear un reto y superarlo. 

La felicidad es tener motivos para sonreír cada día y los tengo...y a estas alturas de la vida puedo decir que si un día no los tengo los busco y punto.

He llegado a los 30 habiendo plantado árboles y escrito libros, teniendo personas a mi alrededor por las que daría mi vida y que me demuestran que sacrifican sus planes por hacerme feliz.

Y aunque hubo amago de crisis treintañera la superé con cinco preguntas que me vinieron a la mente...así como resumen de los porqués de tanta reflexión:

- Volverías al pasado si pudieras? No, ni pensarlo.

- Estás satisfecha y orgullosa de ti misma? Con puntualizaciones...pero bastante.

- Quieres y te quieren de verdad de la buena? Y mucho.

- Tu yo niña sería feliz de verse en ti en el futuro? Y tu yo anciana de verse en ti en el pasado? ...creo que sí.

- Crees que puedes mejorar? Cada día.

He aprendido, luchado, soñado y disfrutado mucho estos 30 años, que por cierto no aparento 😎, y no tengo intención de dejar de hacerlo de aquí en adelante 💃


#30VueltasAlSol🔄🌞 #DespidiendoLos20🔜 #DoctoraDomínguez #Eficaciar #Eficaciando #ConstruyendoPasitoAPasito👣 #RosaRisaRizo🙋 #LaLocaDeLosGatos #NeverAloneWithCats #Norah #MiTigreDeBolsillo

sábado, 10 de diciembre de 2016

Mi incondicional


Hoy sólo quiero darte las gracias.

Por hacer todas las tonterías que se me antojan para conseguir la foto que tengo en la cabeza.

Por traer chocolate en todos los formatos posibles cada vez que sales.

Por aguantar mi insoportabilidad de enclaustrada, que he sido hartible y mucho. Porque ni yo me aguantaba y ahí estabas tú intentando buscarle lo bueno a estar tanto tiempo sin salir.

Por hacerme reír. Por consentirme y mimarme.

Por decirme que estoy guapa cuando estoy despeinada, desmaquillada, tosiendo y quejándome porque me duele la cabeza al toser.

Por hacerme cremitas y sopitas para cenar, y cenarlas también tú...cuando en realidad te apetece pizza y hamburguesa (y a mí también...pero no me conviene).

Por hacerlo absolutamente todo y no dejarme moverme ni para coger un vaso de agua, porque reposo absoluto es absoluto.

Por el almuerzo de hoy al solecito, charlando.

Gracias por, como tú dices, empezar ya aquello de "en la salud y en la enfermedad hasta que..."

Por demostrarme que aunque muchas personas me/nos decepcionen en situaciones en las que no deberían fallar tú estarás ahí conmigo, incondicional. Y lo que nos pase nos pasa a los dos, lo bueno y lo malo.

Te quiero.


martes, 1 de noviembre de 2016

Enredada...soy así

Vivo enredada.
En sueños
               entre tic tac de relojes
                                             en tareas pendientes 
                                                                           en nuevas ideas
                                                                                                en exprimir las horas
                                                                                                                               enredada.

Se me ocurren un montón de tareas que podría dejar de lado 
para no madrugar 
para no ir a todas partes corriendo 
para dejar de lado la alarma del móvil 
para ir al gimnasio tranquilamente 
para sentarme en un banco a ver las horas pasar 
y comer pipas hasta las tantas 
o ver la tele pasando de canal en canal hasta que algo me entretenga 
para pasear mirando a la nada 
para dormir a pierna suelta sin pensar en el despertador 
para quedarme en mi confort...sin preocupaciones.

Dejando que mis pájaros echen a volar...hacia otras cabezas donde anidar.


Pero ¿dónde estaría yo? 
Pobre de mí. 
No podría caminar en este mundo sin mis pájaros revoloteando y ayudándome a soñar...qué va. 
Necesito volar con ellos al siguiente escalón mientras que voy subiendo este con los pies en el suelo. 
Ellos me ayudan a acostarme cada día pensando que algo ha cambiado y que mi granito estuvo ahí para hacer esa duna. 
Buscar cada día en el mundo una simple sonrisa, una chispa de alegría y color; algo por lo que levantarme al día siguiente confiando en que todo irá a mejor y yo seré parte del algo que lo provocará.


Aquí sigo...
enredada en todas las hojas de los árboles que me verán crecer y marchitar con cada amanecer y cada anochecer. 
Enredada en todos los sueños que construiré 
y los que dejaré pasar para alcanzar otros mejores. 
Enredada en mil ideas.
Enredada como sinónimo de identidad.


Sigo sin saber qué responder cuando me preguntan por qué hago tantas cosas...por qué no me quedo tranquila en casa,... será que soy así.
Será que sólo sé vivir enredada.

martes, 24 de mayo de 2016

Operación me quiero

Hace más o menos un mes que vengo dándole vueltas a cuándo y dónde podría tomar el sol, a que debería dejar de tomarme ese pastelito cuando meriendo con mis amigos o mi familia; olvidarme de ese helado a cucharadas después de la cena que tanto disfrutamos los dos.

Con los primeros rayos de sol volvemos a mirar nuestros pálidos cuerpos, al menos en mi caso, y volvemos a odiarnos por no ser más delgada y no tener las piernas más bonitas o la piel menos traslúcida, al menos en mi caso...otra vez. 

Claro, es que debo avergonzarme...tengo un cuerpo feo...no debería enseñarlo. 
Pues no me da la gana. 
Cuanto más aprendo de fotografía más lo hago también del ser humano. Y nuestro cuerpo es un instrumento que debemos usar para ser felices, no para hostigarnos y maltratarnos.

No me da la gana de esconderme por tener algunos kilos más de los que se supone que debo tener. No me da la gana de odiarme o verme obligada a comprar chorrocientas cremas, cápsulas y sobres para la "operación bikini". 

Quiero quererme como soy. Quiero cuidar lo que como por mi salud. Quiero hacer ejercicio porque me siento bien conmigo misma. Quiero quererme. 
No quiero ser un cuerpo con problemas alimenticios, ni compararme con personas con metabolismos muy diferentes al mío, ni una mente obsesionada con una parte de mí que se arruga. 
Quiero ser feliz y quererme y que me quieran como soy.

Un verano estaré más delgada y otro un poco más gordita, una primavera estaré más morenita y otra más traslúcida,... 

Pero soy yo y me merezco empezar a quererme de una vez.
Y si has llegado hasta aquí leyendo, probablemente tú tampoco te querrás lo suficiente, y deberías empezar a hacerlo hoy...al fin y al cabo eres la única persona que siempre va a estar contigo.

Sí, soy yo y son mis piernas, una de las cosas que más me odio. Por eso mismo están ahí, como signo de voluntad amorosa hacia ellas...sean como sean, son mías y me llevan a muchos sitios. ☺😊

jueves, 7 de abril de 2016

Now turn to part 28

Cuando cumplí un cuarto de siglo...ya hace tres años, no podía imaginarme cómo estoy hoy...
Me lo imaginaba...pero la realidad ha superado las expectativas.

Y eso es maravilloso, porque la vida sigue y fluye nos hace reír, llorar, aprender, bailar,...
Vamos cumpliendo años y algunas personas nos felicitan y otras...casi que nos dan el pésame; y eso te muestra cómo se toman esas personas la edad y la vida, sus vidas. ¡Claro que se me puede preguntar cuántos años tengo! Los he vivido, ¿por qué me iba a molestar?

La vida nos sorprende, el Universo confabula con todo lo que nos pasa mientras el univerself intenta comprenderlo para prevenirnos de lo que vendrá. Dicen que la vida es un camino...pues debe ser un camino hecho con piezas de puzzle. A veces no nos damos cuenta de lo importante de cada pieza por sí misma, necesitamos ver el dibujo entero en la tapa de la caja para darnos cuenta de cuán esencial puede llegar a ser una pieza blanca.

Y así es la vida y así me la tomo yo. Vivir intensamente, exprimiendo cada detalle. Reír a carcajadas, como si nadie estuviese mirando. Disfrutar los momentos a sorbos, poco a poco para guardarlos para siempre pero sin tardar mucho que se enfría. Saltar como si se pudiese alcanzar la luna, porque el único impedimento para hacerlo se mira cada mañana al espejo...y a esa cara sabemos hacerle sonreír. Bailar, como si cada día fuese una nueva melodía por escuchar y una nueva letra por escribir.

La vida es para vivirla, cumplas 28 ó 90 años (sí soy de la vieja escuela y entre números la "o" lleva tilde para diferenciar).

Hace tres años no podía imaginarme cómo estoy hoy, y eso es algo maravilloso. Quizás hoy me dedique un rato a imaginar cómo estaré cuando lleguen los 30, sólo para ser consciente de ello y dejarme sorprender después.

Sed felices y haced lo que os haga sonreír, el resto ya lo está cocinando el universo entre las costuras de la cotidianidad. 🌌